lunes, 14 de septiembre de 2009

Más mensajes de Adiós



Querido Roberto, Cuida de los que quedamos en la tierra y en especial de tu amado. Tu ya estas en el cielo. Manolo. 25/8

Roberto quiero escribir en este tu blog, voy a ver como hacerlo y cuando lo descubra, seguire con esta tu página, para todos los que te queremos. Daniel tu hermano mayor, el que deberia haberte cuidado más. 30/8

Ya son dos faros que iluminan, pero que camino mas duro. Estoy con vos Gallego. El enano. 1/9

lunes, 24 de agosto de 2009

Mensajes de Despedida para Robert



Querido gordo, queriendo buscarte llegué a esta página que abrió tu amigo Carlos Alvarado, que no lo conozco personalmente pero sí escuché en varias oportunidades su nombre, que nos permitirá recordarte por este blog. Hoy te fui a despedir junto con tu mamá, hermanos, sobrinos, tíos, amigos tuyos que muchos no conocía. No puedo olvidarme de todos los aplausos que se te brindaron en esta despedida. Tengo un dolor inmenso como Horacio y todos los que te queremos. Rober GRACIAS por todo, por tu recibimiento de todos los años con el amor que nos brindabas. Gracias a vos conocimos El Mollar del cual dije un día "mi lugar en el mundo", no puedo escribir más. Hasta cuando nos volvamos a ver,

tu prima Liliana (Liliana Rojo)
***
Morriña
Bullen en mi mente
los ecos sonoros
de gaitas lejanas.

Corren por mis venas
rumores de rías,
de campos sembrados,

las casas de piedra
en aquel pueblito
perdido en España.

No nací en tu tierra,
pero sí mis genes
tierra de raíces,
tierra de añoranzas.

Qué extraña nostalgia,
de lo no vivido,
de lo no mirado,
de lo tan soñado.

El mar es tan grande
y así la distancia
Galicia lejana.

Tal vez algún día,
contemple tu cielo,
respire tu aroma,
camine tus campos,

Tal vez algún día…

Tal vez mañana...

miércoles, 12 de agosto de 2009

Un poeta que emprende su verdadero viaje

Hoy miércoles 12 de agosto de 2009 en horas de la mañana, escaló empinada cumbre, nuestro amigo poeta ROBERTO CÉSAR HERMIDA.
Querido Gordito, te vamos a extrañar tanto!!!
***

Quiero morir aquí, recostado en el Ñuñorco grande, no quiero tumba, ni lápida, Dios no lo permita. Pero sí quiero que mis cenizas al viento encuentren su propio lugar, el que ellas elijan o donde el cálido zonda las deposite. Quizá sea debajo de alguna piedra, o entre los queñuales, o al pie de algún menhir, o en el fondo de alguna canana. ¡Que ellas elijan por ellas mismas! Pero mucho mejor si se dispersan por todo el valle, como si pudiera abrazarte por última vez, Taktik-llakta.

jueves, 26 de febrero de 2009

Testimonio Pétreo

Foto de El Mollar, Tucumán, Argentina

No nos es dado elegir el lugar dónde nacer, pero sí podemos escoger el lugar dónde morir.

Yo te elijo, El Mollar del Tucumán. Mi Taktik-llakta, mi lugar en el mundo, mi propio paraíso.

Porque en tu regazo, al pie del Ñuñorco, me siento uno con la naturaleza y en paz con Dios y conmigo mismo.

He andado tantos caminos, me han deslumbrado tantos paisajes... pero sólo tú, mi pequeño paraíso, me has arrobado el corazón.

Quiero morir aquí, recostado en el Ñuñorco grande, no quiero tumba, ni lápida, Dios no lo permita. Pero sí quiero que mis cenizas al viento encuentren su propio lugar, el que ellas elijan o donde el cálido zonda las deposite. Quizá sea debajo de alguna piedra, o entre los queñuales, o al pie de algún menhir, o en el fondo de alguna canana. ¡Que ellas elijan por ellas mismas! Pero mucho mejor si se dispersan por todo el valle, como si pudiera abrazarte por última vez, Taktik-llakta.

Otros te han elegido antes que yo, hasta hubo civilizaciones que no pudiendo pasar desapercibidas dejaron su testimonio grabado en piedra y en señal de agradecimiento a la Pachamama y al padre Sol. Luego llegaron los que quisieron conquistarte sin perdonar a los que ya estaban; hasta tu lengua, la kakán se perdió en el tiempo inmemorial. Pero tu testimonio pétreo está aún aquí en todos y cada uno de los menhires y en el último de tu raza, al que le fue concedido el privilegio de permanecer como dormido eternamente.

¡Indio dormido, guardián de tu raza, señor del valle, de los cerros y los cielos tafinistos! Te he mirado cada mañana agradeciéndote tanta belleza, tanta paz, y tanto buen vivir.

Si alguien quiere conocerte, sólo basta que alce la vista y mire a la izquierda de la cima del Ñuñorco para descubrirte y saber que estás allí para demostrar la bravura de la indómita raza calchaquí.

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El Mollar, 6 de agosto de 2005.

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de Roberto Hermida, Publicado en Albatros Viajero, Revista Mexicana de Cultura, octubre-diciembre 2005, Nº 40.

Donde se publicaron los textos participantes en el Primer Congreso Nacional de Poesía, Mar del Plata, Argentina, del 17-21 de agosto de 2005.