domingo, 27 de abril de 2008

Testimonio Pétreo, de Roberto Hermida


No nos es dado elegir el lugar dónde nacer, pero sí podemos escoger el lugar dónde morir.

Yo te elijo, El Mollar del Tucumán. Mi Taktik-llakta, mi lugar en el mundo, mi propio paraíso.

Porque en tu regazo, al pie del Ñuñorco, me siento uno con la naturaleza y en paz con Dios y conmigo mismo.

He andado tantos caminos, me han deslumbrado tantos paisajes... pero sólo tú, mi pequeño paraíso, me has arrobado el corazón.

Quiero morir aquí, recostado en el Ñuñorco grande, no quiero tumba, ni lápida, Dios no lo permita. Pero sí quiero que mis cenizas al viento encuentren su propio lugar, el que ellas elijan o donde el cálido zonda las deposite. Quizá sea debajo de alguna piedra, o entre los queñuales, o al pie de algún menhir, o en el fondo de alguna canana. ¡Que ellas elijan por ellas mismas! Pero mucho mejor si se dispersan por todo el valle, como si pudiera abrazarte por última vez, Taktikllakta.

Otros te han elegido antes que yo, hasta hubo civilizaciones que no pudiendo pasar desapercibidas dejaron su testimonio grabado en piedra y en señal de agradecimiento a la Pachamama y al padre Sol. Luego llegaron los que quisieron conquistarte sin perdonar a los que ya estaban; hasta tu lengua, la Kakán, se perdió en el tiempo inmemorial. Pero tu testimonio pétreo está aún aquí en todos y cada uno de los menhires y en el último de tu raza, al que le fue concedido el privilegio de permanecer como dormido eternamente.

¡Indio dormido, guardián de tu raza, señor del valle, de los cerros y los cielos tafinistos! Te he mirado cada mañana agradeciéndote tanta belleza, tanta paz, y tanto buen vivir.

Si alguien quiere conocerte, sólo basta que alce la vista y mire a la izquierda de la cima del Ñuñorco para descubrirte y saber que estás allí para demostrar la bravura de la indómita raza calchaquí.


Roberto Hermida, El Mollar, 6 de agosto de 2005.


Publicado en Albatros viajero, revista mexicana de cultura, octubre-diciembre 2005, Nº 40. Textos participantes en el Primer Congreso Nacional de Poesía, Mar del Plata, Argentina, 17-21 de agosto de 2005.

1 comentario:

Liliana Rojo dijo...

Ro qué hermoso, sigo leyendo tu blog, no puedo dejar de hacerlo, sobre éste no había hecho comentario pero desde que lo leí digo qué HERMOSO! "tu lugar" donde hubieras querido morir pero aunque partiste desde Capital ahora estás ahí. Leo ésto y me lleno el corazón pensando en El Mollar. Qué cosa como me costaba y cuesta decir te quiero, lamentablemente no te lo dije mientras estabas con nosotros aunque lo sabías, te sigo extrañando,

Lili Rojo